Una caña, varios señuelos y un nylon, son algunos de los fieles acompañantes de aquellos que sobre el agua y bajo el sol se unen para practicar algo más que un hobbie, es una pasión, y más que eso es un deporte: la pesca.
La pesca, nació como una necesidad de supervivencia, hoy en día es un deporte, en el que influyen distintos elementos como el afán de competición, la energía, animosidad y el instinto, combinados con las ganas de pasar un momento diferente rodeado de la naturaleza.
Existen diversas áreas en las que gira y se desarrolla este deporte, dependiendo de la finalidad de cada una de ellas: industria, comercio, turismo y por supuesto, las ganas de divertirse. Lo cierto es, que entre todas estas vertientes, se destaca la pesca de Pavón en agua dulce.
En Venezuela este deporte se ha ido consolidando con el paso del tiempo, mediante el surgimiento de
Comenzando desde cero
Como la práctica hace al maestro, son varias las etapas que hay que superar para convertirse en un completo aficionado. Expertos en el área aseguran que debe comenzarse con lo básico: un ring de mano una caña de spinning y un señuelo, agregando que lo demás se va adquiriendo sobre la marcha.
El intenso sol, la picada de los mosquitos y las jornadas de eterna espera de algún ejemplar son sólo algunos de los elementos en la rutina del pescador.
Luego de tener las ganas, y las herramientas hace falta la permisología, una serie de leyes propias de la pesca que regulan el deporte, para evitar que se convierta en una forma desmesurada de obtener alimento, o una simple destrucción de vidas. Entre esos basamentos legales están: el permiso de pesca, el patrón deportivo, licencia de navegación, y el registro de renaves. Todo esto puede obtenerse en la sede de Inapesca (Instituto Nacional de Pesca y Agricultura) ubicada en Ciudad Bolívar.
Un deporte consagrado
El hombre visita ríos y mares con el fin de desestresarse pasar un rato distinto en contacto con la naturaleza y con sí mismo, en estos momentos en los que la realidad parese alejarse por un momento, la captura de un pez, por tanto, no es la finalidad única y principal de pescar, aunque continúa siendo el principal estímulo.
Para el apasionado amante de la pesca, los preparativos al realizar esta actividad, sobretodo cuando son viajes largos, se convierten en parte de la diversión. La logística, comentar los planes y ajustar los equipos van haciendo que crezcan las expectativas sobre a qué se enfrentaran, cuáles serán los ejemplares a capturar, cómo será la experiencia.
La pesca deportiva es una aventura, donde la corriente apacible de los ríos venezolanos, los fondos de aguas obscuras llenos de raíces y palos, forman el escenario perfecto para una actuación de pasión y cautivo, a la espera de un hondo estremecimiento que hale el nylon y sacuda la caña, para convertirse en una de las inolvidables emociones de lo que significa una jornada de pesca.